Cuando el corazón despierta XIV

-Conocí-

Conocí esa ropa, conocí ese lugar, conocí tu olor, ese olor dulce que sigo conociendo en cada parte en que lo huelo. Conocí tus sueños y las cosas que te hacían enojar, y hoy me sorprendo de lo que una foto es capaz: Me puede hacer recordar. Conocí tus mascotas, conocí tu forma de cocinar, los regalos que me hacías, corazones sin armar. Conocí un pinguino que tomo vida entre nosotros, conocí navidades y sonrisas reflejadas en ojos preciosos. Conocí muchas cosas y las guardo en el ayer. Te conocí y no me arrepiento, te conocí y eso me basta para amarte, te conocí muy bien.

Las cosas que sé

Sé del camino a una tierra mágica, donde hay reinos perdidos.
Sé sobre un libro incompleto, un libro de historias, de llanto, de gritos.

Sé sobre un nombre maldito por toda la tierra.
Sé sobre un sonido que me recuerda lo que no he vivido.

Sé el final de una historia que nunca tuvo principio.
Sé cómo medir el cariño, como destilarlo y vaciarlo todo en un precipicio

Sé muchas cosas, pocas las cuento o digo.
Sé que hay dos batallas, dos ríos de sangre que he visto.

Sé que volverás un día, de alguna forma, arrepentido
Sé que puedo lastimarte, que puedes lastimarme, y aún así juego, aún así sigo.

Y sé por último, con certeza cegadora, que seré yo quién conquiste
esas historias, mitos, guerras y esos días fantasmales que me diste.

El Fantasma Azul de los Días Perdidos

La noche llegó, con su manto de oscuridad, en el día de los enamorados. Me acuesto en mi cama con la falta de esperanza tan usual a la cual me acostumbré luego de años de encontrar lo que buscaba, con defectos de fábrica. Suenan las doce, las campanas retumban y el Fantasma Azul de los Días Perdidos viene a mi encuentro, me da su mano y me dice "volemos".

Volamos juntos por pueblos de palabras y cuentos, me llevó a la tumba de mis sueños perdidos, a la antigua casa de un enamorado de quince años, del hombre perfecto con pecas y de matrimonios con 2 años de anticipación. Me hizo volver a suponer sobre la máscara fantasmal que llevaba puesta y como si fuese lo más normal del mundo no pude más que cantar "No te he conocido aún", temiendo por otro desengaño, otro golpe al despertar del sueño, por la mañana y aún con ese miedo, sonriendo por los sarcasmos y manipulaciones dulces que esperaba hacía años.

Y ahora como un hombre ilusionado por un mensaje incierto, espero hasta que las doce traigan de nuevo su presencia para poder descifrar quién es el Fantasma Azul que me despierta con un beso de mi maldición, el mismo que me dio como regalo de San Valentín una rosa azul que se deshoja con cada día que pasa sin su misterio inesperado y por poco, insuperable. 

Puedo Morir

Puedo morir luego de mil palabras melodiosas,
luego de noches dulces de melancolía.
Puedo morir después de conocer el dolor al amar a las rosas,
al estar consciente que se está dañando al medio día.

Puedo morir después de un abrazo de arrepentimiento
con lágrimas, perdones y silencios.
Puedo morir luego de conocer cada cambio de sentimiento,
controlarlos y desarrollarlos, volverlos intensos.

Puedo morir luego de jugar con fuego
entregarme al agua y conocer profundamente el aire.
Estando vetado de la tierra juego,
siempre en fantasías volátiles, transparentes de risas y un baile.

Puedo morir luego de conocer las palabras de despedidas
las palabras que te hubiese dicho de habernos alcanzado nuestras vidas.

Puedo morir cuando vea una sonrisa en el espejo
pensando en las veces que he muerto,
cuando te recuerde intacto en mi pensamiento
y no me dañen tus mensajes ambiguos, confusiones y desespero.