Recuerdo

Hoy te recordé. Entraste en mi habitación de nuevo, como alguna vez lo hiciste, pero sin besos ni abrazos, sino con un apretón de manos, como un viejo amigo, una memoria. Viniste por un café, por una charla que teníamos pendiente, o al menos yo la tenía porque no había encontrado lo que vos encontraste al distanciarte de mi. 

Hablamos de nuestros sueños y juegos de niños, de nuestros errores y tonterías y lo mejor de tu visita fue que nos perdonamos. Entendí lo que sentiste por mi y no valoré, supe el significado que le pusiste a esas canciones que me dedicaste y supe que no te molestó cuando te conté que ahora soy yo quien las dedica a esa persona que ahora hace mis días de lluvia, cálidos y llenos de rayos de Sol.

Te pedí perdón por mis equivocaciones, quise cumplir fantasías de niño y ellas me perdieron en el fondo de un laberinto oscuro. Lo siento si no supe como volver a casa, si no supe gritar tu nombre, llamarte por ayuda. Al final aprendí a amar la soledad en la que yo mismo entré, persiguiendo conejos blancos y cayendo por agujeros. Y solo así, luego de mil años de extravío me encontró alguien que me mostró el camino a mi nuevo hogar

Luego te fuiste, con una sonrisa como la última vez que nos vimos, aquel día cuando caminamos en direcciones opuestas con sonrisas en nuestras caras porque supimos lo hermoso que fue y que lo disfrutamos al máximo. Ahora me toca a mi amar, no como te amé, sino con más que ofrecer y mi completa entrega. 

El nuevo comienzo de un fenix que no sabía qué era

Estoy en el mismo lugar frío y oscuro de siempre, en mi catedral. Acostado con el norte a mis espaldas, el suelo frío de piedra penetra mis huesos y mi alma, a veces vivir se siente de la misma forma fría y dura. Bajo el suelo de piedra escucho los acueductos llevar el agua a mis pies, limpiarme con su solo paso, sacrificando su pureza para mi bienestar y de pronto recuerdo que la vida también puede ser fresca y suave como la caricia del agua.

Me levanto y encuentro ese rincón lleno de libros e historias de fantasmas pasados, locos perdidos, poetas frustrados. Los sostiene un estante de madera fuerte y dura que por el paso de los años se convirtió en frágil y sucia, espaciosa y sobrepoblada con cuentos e historias que llegaron a su fin satisfechas y polvorientas.

El olor al viejo olvido invade mis pulmones, su figura abstracta me eleva por los recuerdos. Sofocles y sus tragedias lloran por el amor puro y utópico de una antología poética que era su vecina. Libros de magia y extraños hechizos abrazan un perro siberiano que se encontraba guardando el cofre dueño del amor de unos hermanos. Enciclopedias instruyen los cuentos definitivos de algunos hombres oscuros que gracias a Alicia encontraron un gato risón en el pico de sus cuervos, quienes al mismo tiempo dijeron ¨Hola de nuevo, y adiós nunca mas¨. Miguel de Cervantez y Gabriel García Marquez se dan la mano como caballeros mientras Isabel Allende limpia su casa de espíritus como yo, con este estante cuyo barniz no puede mas que llorar de vejez.

Y es que tal vez es por el dolor infernal de un olvido secreto que me doy cuenta como el que yo soy, no es el que fue. Un universo se ha creado en mi pecho y explotando creó un millón de posibilidades. Ahora la oruga que una vez encontré como cabaña y hogar , será la gran Mariposa de mi futuro, cambiada por la fuerza de un antiguo anhelo que hoy es mi realidad y así como el espejo refleja a quien quiera verse con ojos puros, las rosas florecen a mi paso, cambiando mi bosque en castillo.

Mis ojos acostumbrados a una burbuja de fantasía despiertan, me obligan a encontrar deterioro a mi alrededor; es una vida que ya no es la mía, el fantasma de una navidad pasada me pisa los talones y hoy me toca decir adiós con orgullo y respeto por quien fui alguna vez. Hoy es el día de decidir que quiero que se convierta mi camino, a que fin me llevará el curso de acciones que tomo día a día, cada vez mas consciente de quien soy.

 Adiós antiguo yo, poeta sin muchos recursos mas que su tristeza desaparecida. Tu quien aprendiste a ser feliz y feliz has muerto, mientras yo nacía de tus cenizas. Por honor a ti, antiguo guerrero guardo y conservo fotografías en mi mente de las memorias que en canciones volaron. De canciones que cantaste. Canciones que fueron tu Edén