Mi historia paso una noche oscura, fría y silenciosa. Siempre me gustaron esas noches, me parecían mas bellas que ninguna; la Luna siempre vestía sus más hermosos encantos, las memorias reían a cada soplo del viento frío y calaban mis huesos con sus miles de palabras, momentos e ilusiones perdidas y reencontradas. Esta noche en particular algo tenia, era la realización de un sueño, de un presagio anunciado en las olas del Mar hace muchos años, cuando solo eramos él y yo.
Yo era una persona común y corriente, o tal vez no. Considero que siempre mi melancolía fue mi mejor poder y capacidad, la forma mas inmediata de tocar el mundo, saborearlo y traducirlo a poemas fríos y dolorosos. El sufrimiento era mi palabra preferida que, adornada con miles de sonrisas dulces, creaban la ilusión de miles de espejos con una mascara distinta. Siempre estuve en un circo de apariencias en donde, año tras año, debía ser un nuevo personaje. El silencio me dictaba las oraciones adecuadas en mi mente y poco a poco creaba mundos y dirigía vidas, cuentos de fantasía que convocaba en mi interior, que anhelaba se hicieran reales.
Los días pasaron como caen los granos de arena en el reloj, nada cambiaba y poco aprendía. Y entonces le conocí. Hay promesas que reservaba para un libro de cuentos, hay paginas selladas que solo se abren con lágrimas y ahora una puerta secreta de sonrisas y sorpresas me abre el paso a esta habitación de mi cabeza donde los recuerdos no duelen mas. El primer cuento comienza así:
I -Un niño preguntó: "¿Existe la magia?" Y la magia respondió
Había una vez un niño, blanco como la nieve, ojos que cambiaban según su estado de ánimo pero siempre hablaban solos. Este niño tuvo muchas muertes pero nunca las sintió, poco a poco morir día a día era algo habitual, al llegar el Sol ya no era el mismo y así pasaron mas de 1000 años en días, más de un millón de lagrimas perdidas en las horas. Poco a poco la vida lo fue llevando al lugar donde él iba a pasar esa puerta de entrada, y como es de suponer en un niño, para el, eso era un juego.
Este niño tenia muy poco en la vida. Tenia cuentos de aire, ilusiones que se olían y tocaban y una madre que su juventud perdida le reclamaba el tiempo de rebeldía que nunca tuvo. Por estas razones y otras menos importantes el niño siempre estaba solo con sus amigos etéreos y con su Abuela, su tutora y para quien el Amor era el fin mas sutil y honorable del vivir. Nuevamente les adelanto que este niño descubrió en el amor esa parte mágica que había perdido en sus pensamientos, lo quiso vivir pero no comprendía como su Abuela hizo tantos sacrificios por el hombre que amaba y seguía luchando en una guerra que a los ojos de un joven infantil estaba perdida en el pasado.
Toda historia debe tener un final y cada vida es una historia. Lo irónico es que a veces, esos finales no son mas que el preludio de una historia mas grande, de vez en cuando de aventura y otras veces de amor. Así sucedió en la vida de este joven. Un día su Abuela murió. Todo paso muy rápido, su vida dio el primer giro, las tuercas ahora giraban violentamente hacia el otro lado y no tuvo tiempo suficiente de lamentarse, solo pudo construir una barrera de dolor masoquista con el cual disfrutaba cada lágrima que bajara por sus ojos. Su cuerpo también sufrió una transformación incontrolada. Poco a poco se fue convirtiendo en la persona que él soñó y luego solo fue cuestión de dar un paso para que se conocieran.
Un simple día, un teclado y una pantalla bastaron para abrirle la puerta a una nueva vida. Ese día estaba soleado, claro, todo cuento de hadas debe tener su clima acorde con las situaciones. En su silla de madera, estampada con tela gruesa de un azul oscuro y formas abstractas de colores, se sentaba el niño inocente y juguetón, un poco aburrido tal vez, pero del todo sin esperar que segundos después él le hablaría. De alguna forma que aun nadie se explica lo encontró, el niño pensó que seria uno mas de la lista y no sintió ningún interés, de todas formas ya viejos príncipes azules habían cabalgado hasta su castillo y con artes de magia oscura habían entrado en el Castillo con forma de Corazón, otra de las historias de este libro que será contada en su momento.
Para protegerse de lo inevitable puso una barrera de gustos superficiales, rechazo sus invitaciones a salir y de alguna forma sentía que estaba haciendo lo incorrecto, sentía que había estado sin él desde el principio de los tiempos y lo extrañaba. Finalmente este peculiar caballero de la armadura roja convenció al niño para caer en su hechizo y con una sonrisa y la fuerza de la ternura, logro entrar en su castillo y lo conquisto.
¿Preguntemos a los sabios cuántas vidas disfrutamos en un año? Esto fue lo que su mundo de cuentos de hadas duró. Año y seis meses de la más dulce Ambrosía desde la mañana hasta el último rayo de luz de la Luna. Todas las noches eran frías y perfectas, los sueños de ambos calmados ya que se encontraban en el mismo lugar y placer. Salían a enfrentarse a el mundo ellos solos con espadas y escudos y descubrían que el mundo era una hoja en blanco en donde los únicos personajes eran ellos, donde sus miradas se encontraban y todas las palabras se sabían, no había necesidad de nada mas, solo eran ellos dos y eso bastaba para llenar el mundo hasta el tope.
Una vez mas la historia debe terminar, pero las historias suelen seguir existiendo únicamente que con otra máscara. Llego un día lúgubre. El día donde el niño vería de frente al Dolor, lo tomaría de la mano y se condenaría a cuatro años del mas dulce placer. En esos tiempo había un juego de conocerse. Setenta frases que importaban más que el oro, algunas de ellas dulces y suaves pero la última, la más importante, estaba hecha del amor más puro que tan solo escribirla en una suave brisa la destruiría para siempre. Esa frase pasó a ser su secreto más dulce desde el momento en que su dulzura partió el corazón infantil.
El niño tomó la decisión de vivir, de aprender y buscar su verdadero yo. Como este era su cuento, su vida siempre obedeció a sus ordenes y la oportunidad de viajar muy lejos hasta zonas oscuras de su ser se le presentó. Pero Caronte siempre pide un precio, y su precio fue su caballero del Ouroboros. En cierto momento todo se terminó. Nuevamente las tuercas decidieron girar con el bando opuesto y todo su mundo de fantasía se derrumbo entre lágrimas, una pregunta y su respuesta: "Es que, te amo demasiado".
II-El dragón de los Sueños y su Jinete Inexperto
Hace mucho tiempo, existían los dragones, orgullosos y milenarios como ellos suelen ser pero hay una parte que nunca relatan los libros. Eran los seres mas sabios de todo el mundo y por lo tanto, los seres que Amaban más.
Como los seres letales que los Dragones eran, este también cometió sus asesinatos. Enamoró y dejó, hirió con palabras y vivió la soledad, pero nunca en su extensa vida, había matado sin saberlo a un caballero de Armadura Roja de Ouroboros. Esto paso un día lúgubre a las puertas de un ciclo.
Había un joven que creció con una semilla especial, este joven quería saber más de si mismo. Ya había dejado su lado infantil detrás y comprendía que para obtener hay que sacrificar, pero no sabia el precio de lo que sacrificaba y su primer amor fue asesinado. Tiempo con tiempo se fue acostumbrando a la compañía del Dragón, su sabiduría llenaba su alma y su fuerza lo protegía de todas las cosas que pudieran pasar y ahí llego el momento. Amó. Amó de mil formas en el mismo instante. Estuvo en mil lugares y tuvo miles de libertades, pero su corazón y su Amor era sólo para uno. Un Dragón.
Cada vez que el joven dormía recordaba esos días de dulzura que había perdido. Cada vez que abría los ojos se encontraba ante una puerta nueva que lo levaba hacia su interior. A conocerse mejor. Aprendió artes de la Magia, entendió como defenderse del miedo, como controlar sus emociones y como abrazar su propia oscuridad. El Dragón le daba la libertad de volar a los lugares que quisiera, lo llevaba a sus espaldas y lo amaba con todo su ser. Pero la libertad siempre lleva a valles extensos y decisiones firmadas con sangre
Un dragón siempre ama y apoya. Fue exactamente todo lo que el Joven obtuvo de él. Idea que el Joven tenía, idea que se realizaba, casi hasta el punto de reprimir sus propios deseos y planes para complacer a este Joven egoísta, como cabe esperar en uno de esa edad. Los días pasaron y las nubes que existían en la antigüedad se hicieron cada vez más densas, la soledad siempre estaba tocando la ventada de este Joven y el Dragón no lo podría evitar. Se escuchaban gritos de desesperación por todo el Castillo con forma de Corazón. El Dragón todo lo sabía y no podía hacer nada por que el controlaba el orden de las cosas.
Poco a poco el Joven fue entrando en la Magia Negra, en lo oscuro de su ser, conoció a su madre la serpiente que nuevamente lo tentó con una manzana. "Eritis sicut Deus. Scientis bonum et malum". Sintiéndose abandonado abrazó con más fuerza sus lágrimas y entro entre los árboles de un bosque intentando encontrar el Sol, pero nunca lo encontró, al menos no de la forma que quería. Caminando entre la maleza del Bosque de los Perdidos encontró, al fin, un lugar donde morir. Tomó impulso y se lanzó hacia la boca de un abismo sin Amor, sin Dragón, sólo Lagrimas y dolor.
Su consciencia no soporto todo lo que recordó en su viaje pero al despertar se encontraba ante los pies de una bruja blanca. Risueña y feliz le enseñó a escuchar sus propias palabras y entonces sucedió. El Sol bajó del cielo y un Dragón en alguna parte murió con una promesa cumplida, un dolor escondido y una frase bendita.
III-La serpiente que se muerde la cola
Existe un valle, al final de un bosque oscuro, al fondo de un precipicio de vicios y dolores en donde la Magia se hace cierta y las cosas se entienden mejor. Las mariposas cargan canciones en sus alas y los aprendizajes se esconden entre los arbustos, juguetones y traviesos. Ahí conocí a mi Sol. ¿Puede alguien juzgarme al conocer mis historias? La única puerta a la comprensión de mis actos está en el dolor, en sentir la perdida en carne viva, saber que la piel se cae a pedazos primero entre lágrimas y un abrazo, después entre intentos por soportar la melancolía de una verdad rechazada
Mis habilidades y virtudes estaban ocultas entre niebla y una noche estrellada hasta que llego un inocente comentario a mis oídos. Nada es real, nada puede ser cierto, las cosas buenas no pasan y para ganar hay que matar una vida inocente, como siempre, por los siglos de los siglos. ¿Quien podría estar con el asesino de maestros? Soy un destripador de Dragones, y aun así hubo quien tuvo fe en mi y llego a iluminar un camino que estaba escondido.
Ahora voy a un ritmo de vals, lento y seguro, disfrutando cada nota, resonancia y acorde. Ahora soy poeta de caminos y experiencias y miles de puertas se abren a mi paso, porque la luz ha vuelto a mi vida. El Sol tiene ojos verdes y la sonrisa de luz. Al final del pasillo se abre una puerta de una nueva historia, tomo el pomo la abro y la vivo. La siguiente página se llena con solo trazar la primera línea y me lanzo a una aventura.
Por una maestra del Amor.
Abro los ojos y estoy en una habitación oscura, se me hace conocida. La noche es serena y tengo la sensación de que he vivido mil años, giro mi cabeza porque...
Por un caballero de Armadura Roja y una serpiente en su escudo
...Siento un llamado a la par de mi oído, tomo el celular y llamo al número que a primera vista me parece desconocido, un mensaje extraño en la pantalla refleja lo que puede ser una frase equivocada pero solo hay una forma de averiguarlo, entonces decido...
Por un Dragón de la Sabiduría
... Responder el mensaje, ya que, todas las llamadas no han dado fruto. Poco a poco voy recordando dónde he visto esa serie de números y me doy cuenta de que las emociones vienen en tropel a empañarme la vista. Todo lo que aprendí en los momentos de mi vida, lo recuerdo ahora y controlo mis emociones como una vez supe hacer, con el apoyo de quién supo enseñarme. Un mensaje entra...
Por el Sol
...Y recuerdo unos ojos verdes que llenan mis días de sonrisas y mi vida de felicidad, anhelo cada día como si fuese el primero para verlos y sentirme satisfecho. Pero el mensaje no es de quien yo recuerdo, sino una simple despedida de un marcado con una serpiente roja en su hombro izquierdo, una llave para una puerta abierta y un permiso para seguir con la vida. Ya no queda nada mas que cerrar la puerta a las cosas que pasaron, curar ciclos y perdonar.
Todo paso ante mis ojos en esta noche perfecta. Es un regalo. Un libro de historias que continúa escribiendo. Uno libro cuyo autor no soy yo, sino el Universo