Premoniciones

Vi que mi vida era una novela, y se convirtió en diario de pasiones y poemas. Supe que mi corazón sería un gran problema, hasta que poco a poco, golpe a golpe se fue haciendo de piedra. Conocí personas interesantes, que encajaban en mis fantasías, y luego supe que mis fantasías no eran reales, pero las personas sí lo eran, eran humanas.

Conocí a Ananke por primera vez y me deslumbró, con el tiempo me desilusionó jugando, programando citas, mostrándose y corriendo a esconderse en el bosque. La conocí nuevamente en una piel conocedora, mi primer vez como objeto, mi primer lección de fortaleza. Una vez más la conocí igual de hermosa, pero con un secreto oscuro que bloqueó nuestras intenciones. Nuevamente la conocí, era bella y deslumbrante, mi momento de venganza.

Olía canciones antes de saber que eran para ella, escuchaba susurros antes de que imaginar que serían los susurros que le diría a la noche en su recuerdo. Sentía lágrimas invisibles de hielo que más tarde se convirtieron en lágrimas de aire que quemaban como fuego. Soñaba con amores imposibles y dolores inimaginables, soñaba con el dolor que dejó su partida y con el romanticismo de lo prohibido.

Los olores a canela y cerveza me gustaban, antes de que me los regalara en una mañana de entrega. Su perfume dulce era mi perfume preferido antes de olerlo en ella desde el inicio, nunca lo dije, nunca lo diré.

Comencé a escribirle antes de conocerle, a dedicarte besos antes de perderle. Sentí el orgullo que más tarde me tragué, aprendí en otras vidas lo que en esta recordé. Sentía que era importante expresarme, hasta que mi expresión se convirtió en diario de fantasías y bellezas escritas.

Sintiendo, soñando, viviendo siguen las premoniciones, lo que siento ahora, en un futuro será, con todo el mundo encima, sin nada más que conservar.

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