El nuevo comienzo de un fenix que no sabía qué era

Estoy en el mismo lugar frío y oscuro de siempre, en mi catedral. Acostado con el norte a mis espaldas, el suelo frío de piedra penetra mis huesos y mi alma, a veces vivir se siente de la misma forma fría y dura. Bajo el suelo de piedra escucho los acueductos llevar el agua a mis pies, limpiarme con su solo paso, sacrificando su pureza para mi bienestar y de pronto recuerdo que la vida también puede ser fresca y suave como la caricia del agua.

Me levanto y encuentro ese rincón lleno de libros e historias de fantasmas pasados, locos perdidos, poetas frustrados. Los sostiene un estante de madera fuerte y dura que por el paso de los años se convirtió en frágil y sucia, espaciosa y sobrepoblada con cuentos e historias que llegaron a su fin satisfechas y polvorientas.

El olor al viejo olvido invade mis pulmones, su figura abstracta me eleva por los recuerdos. Sofocles y sus tragedias lloran por el amor puro y utópico de una antología poética que era su vecina. Libros de magia y extraños hechizos abrazan un perro siberiano que se encontraba guardando el cofre dueño del amor de unos hermanos. Enciclopedias instruyen los cuentos definitivos de algunos hombres oscuros que gracias a Alicia encontraron un gato risón en el pico de sus cuervos, quienes al mismo tiempo dijeron ¨Hola de nuevo, y adiós nunca mas¨. Miguel de Cervantez y Gabriel García Marquez se dan la mano como caballeros mientras Isabel Allende limpia su casa de espíritus como yo, con este estante cuyo barniz no puede mas que llorar de vejez.

Y es que tal vez es por el dolor infernal de un olvido secreto que me doy cuenta como el que yo soy, no es el que fue. Un universo se ha creado en mi pecho y explotando creó un millón de posibilidades. Ahora la oruga que una vez encontré como cabaña y hogar , será la gran Mariposa de mi futuro, cambiada por la fuerza de un antiguo anhelo que hoy es mi realidad y así como el espejo refleja a quien quiera verse con ojos puros, las rosas florecen a mi paso, cambiando mi bosque en castillo.

Mis ojos acostumbrados a una burbuja de fantasía despiertan, me obligan a encontrar deterioro a mi alrededor; es una vida que ya no es la mía, el fantasma de una navidad pasada me pisa los talones y hoy me toca decir adiós con orgullo y respeto por quien fui alguna vez. Hoy es el día de decidir que quiero que se convierta mi camino, a que fin me llevará el curso de acciones que tomo día a día, cada vez mas consciente de quien soy.

 Adiós antiguo yo, poeta sin muchos recursos mas que su tristeza desaparecida. Tu quien aprendiste a ser feliz y feliz has muerto, mientras yo nacía de tus cenizas. Por honor a ti, antiguo guerrero guardo y conservo fotografías en mi mente de las memorias que en canciones volaron. De canciones que cantaste. Canciones que fueron tu Edén

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