Recuerdo que no te gustaba la ironía, pero la ironía es la única forma con la que se puede relatar este cuento. Los ojos ciertamente son la ventana que da al alma ¡Que brillo vi en los tuyos al escuchar su nombre! Y lo único que se reflejo en los míos fue oscuridad al tener la certeza que te perdí.
¿Que si estoy triste, mal, desamparado? No, no puedo, ni lo haré, quitarle a mi corazón el gozo de saber que todo irá mejor para ti y para mi.
Suerte amor mío, que encuentres sin mi el paraíso que yo sé que encontraré sin ti
No tengo tanto valor para decírtelo de frente, cara a cara, como un hombre, pero sí tengo el suficiente para demostrártelo.
Y prometo, mas a mi mismo que a los elementos que me rodean, que lo haré
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