El mar

Aquí estoy, finalmente el agua cubre mi cuerpo, siento como se filtra por mi boca y mi nariz, como poco a poco saca el aire y toma su lugar, dulce agua tan parecida a tu recuerdo.

¿Que me trajo aquí? Bueno, fue esa necesidad de estar contigo, apresurarme a tu encuentro, correr hacia ti pero sin alcanzarte. Luego de tu partida mi vida es gris, las pinceladas de color se lavan con las lágrimas al recordarte y luego, suavemente te cuelas en mis sueños, en mis noches y mis días. Y te recuerdo nuevamente.

¡Que gran envidia siento de ese que está contigo! De ese que recibe tu amor, mi bella Ananke. Por eso estoy aquí, sintiendo como las memorias que tengo de ti, me inundan con tu olor dulce, incomparable. Mi ultimo recuerdo sera tu hermosa cara, tu sonrisa, tus palabras y el delicioso olor de tus besos.

Llévame a volar contigo, libérame de esta terrible enfermedad llamada Anhelo. ¡Vuelve! Veo que no me escuchas, tu felicidad tapa tus oídos, no te deja oír mis gritos.

Siento como el cansancio de mi cuerpo me consume, me hundo, dejo de luchar y me entrego al agua; el mismo mar que me trajo a ti, a este océano de olas claras donde pasamos juntos tantas risas, tanta alegría, tanto amor. La luz de la Luna se desvanece, se va con mi vida. Hasta pronto mi bella Ananke, nos volveremos a encontrar...

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