Al final me permití una noche de ilusiones, de todas formas siempre hay días de recaídas en actitudes viciosas, una más no hará la diferencia. Me permití ser el que fue.
Y una vez más te di el papel protagonista de mi historia, ese papel que me salva de la torre con su armadura mágica y me regala ambrosía en los labios, esa parte de ti que solo vive en mi mente. Te permití ser quién nunca fuiste.
Y poco a poco, enfermando mi mente por unas cuantas horas, disfruto de tu aroma que no olvido aunque lo intento, vamos y venimos, danzando una fantasía que por una noche me permití, te dejé entrar en mis sueños e ilusiones, vivir conmigo en el castillo que se pierde entre los montones que construí. Y vivir felices. Nos permití ser quienes debimos ser.
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